jueves, 12 de abril de 2012

El Nazismo en América Latina


ARGENTINA:

Al terminar la segunda guerra mundial el movimiento nacionalsocialista, desacreditado ante los ojos del mundo, encontró un refugio tras la derrota. Los sueños del presidente Juan Domingo Perón, de una hegemonía argentina, con un ejército propio y una industria armamentista independiente permitieron que Adolfo Eichmann, Josef Schwammberger (extraditado a Alemania en 1990 en donde será juzgado por las atrocidades cometidas en los campos de Rozwadow y Mielec), Rudolph Mildner y Heinrich Muller -entre otros- no sólo se convirtieran en ciudadanos argentinos, sino que llegaran a ocupar puestos políticos de importancia.

Actualmente la comunidad judía de Argentina se ve expuesta a los ataques de grupos nazis y otros extremistas, como fue el caso de la destrucción de más de 100 tumbas en un cementerio judío a las afueras de la capital en 1991. Organizaciones nazis tales como el Partido Nacionalista de los Trabajadores (PNT) y el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores (PNST), traducción libre del nombre que ostentó el partido de Hitler, han intentado obtener permiso de la corte para adoptar la esvástica como emblema.

El líder del PNT, Alejandro Biondini, destacó en el panorama argentino cuando en 1984 creó el grupo "Alerta Nacional" -que se autodefine como "una pequeña parte del gran movimiento socialista mundial". Biondini se ha caracterizado por sus slogans y símbolos fascistas así como por su intolerancia religiosa y racial. Con rapidez dicha organización se fue integrando a la red de grupos antisemitas y de ultraderecha del país. Alerta Nacional mantiene vínculos cercanos con al menos 20 líderes de la ultraderecha argentina incluyendo a Federico Rivanera Carles del Movimiento Nacional Socialista, Antonio Caponneto de la revista antisemita Cabildo y del Movimiento de Restauración Nacional, Patricio Maguirre de la revista información sobre Masonería y Walter Beveraggi Allende, conocido antisemita, revisionista del Holocausto y líder de la Confederación Nacionalista Argentina.

Más adelante Biondini organizó el PNT con el intento de revitalizar el movimiento nazi para "salvar a la Argentina". Su publicación oficial El Nacionalista incluye una serie de teorías conspiratorias así como dogmas nazis. Además de distribuir volantes los adeptos al PNT colocan posters con emblemas nazis en las paredes de Buenos Aires. Su fuerza deriva también de las relaciones que Biondini mantiene con líderes de sindicatos como Rubén Gionnini.

En 1988 el Congreso argentino presentó una ley antidiscriminatoria que estipula que se encarcelará - de un mes a tres años- a todo aquel individuo que practique o promueva la discriminación racial, religiosa, sexual o nacional.

En junio de 1991 Biondini y varios de sus seguidores fueron arrestados por pintar las paredes de Buenos Aires con símbolos nazis. El juez le negó la fianza por sus antecedentes entre los que se contaban dos sentencias previamente suspendidas por "tratar de imponer sus ideas políticas, religiosas y raciales por la fuerza. Tres miembros del Congreso argentino -José Luis Manzano, César Jaroslavsky y Adelina D'Alesio- solicitaron a la corte que Biondini fuera juzgado por diseminar ideas que "se identifican con la muerte, el racismo y la intolerancia organizada".

A la fecha muchos criminales nazis permanecen a salvo en Argentina en su calidad de ciudadanos naturalizados, protegidos por tratados que proscriben la extradición de individuos juzgados en ausencia. Todo parece indicar que estas condiciones se encuentran en proceso de cambio. En febrero de 1992 el gobierno de Carlos Menem dio a conocer un decreto en el que deja sin efecto el pesado secreto que cubría toda la documentación relacionada a criminales nazis que hallaron refugio en la zona. En conjunto con el Centro Simón Wiesenthal de Los Angeles -dedicado a la investigación y documentación de los crímenes hitlerianos contra el pueblo judío- la República Argentina se ha comprometido a detener a los posibles criminales nazis y a hacer llegar a los archivos nacionales los expedientes sobre los sospechosos.

BOLIVIA:

Durante varios años el Caso Klaus Barbie generó grandes controversias en Bolivia. Barbie jefe de la Gestapo en Lyons, Francia, quien ordenó la ejecución de más de 4,000 personas y la deportación de 7,000 hacia campos de concentración- llegó a América del Sur entre 1950-51. En 1957 recibió la ciudadanía boliviana por decreto presidencial y en 1983 fue extraditado por el gobierno francés para ser juzgado por sus crímenes contra la humanidad.

BRASIL:

La ideología racista de los grupos de extrema derecha se opone a la tradición de integración racial y diversidad brasileña. Grupos nazis que han pretendido obtener su registro como partidos políticos han sido rechazados categóricamente por la Suprema Corte Electoral, ya que la Constitución de Brasil prohíbe cualquier forma de discriminación racial o religiosa. Aún así el escenario político del país se ha visto empañado por la presencia de figuras pro nazi. Tal es el caso de Claudio Galvao de Castro, quien en 1989 fue electo alcalde de la ciudad de Aparecida do Norte, en Brasil.

De hecho los grupos nazis del país se han visto beneficiados con la apertura del sistema democrático. Durante dos décadas los militares gobernaron Brasil y los grupos de oposición, particularmente los extremistas, mantuvieron sus actividades en la clandestinidad por temor a represalias. El regreso a la democracia y la nueva constitución han restituido los derechos civiles fundamentales y como consecuencia, han permitido que los grupos extremistas salgan a la luz.

El Partido Nacional Socialista Brasileño dirigido por Armando Zanine Jr. con 4,000 miembros, por ejemplo, intentó conseguir su registro en el Tribunal Electoral Superior. El líder del "Carecas de Suburbio" versión brasileña de los skinheads o cabezas rapadas, Valter Rosseti, ha prometido que cuando llegue al poder "los judíos y homosexuales serán invitados a salir del país como sucedió en Alemania, para que no nos gobiernen".

Actualmente existen más de 13 grupos, de reciente creación, que públicamente expresan su tendencia fascista. Estos organismos editan panfletos que envían a los medio de comunicación con consignas como: "Brasileños despierten: No a los judíos", "Abajo con el judaísmo y el nauseabundo sionismo" y "Destrozaron a los hombres, pero el ideal nacional socialista vive". Sus actividades las realizan en los estados al sur de Brasil como Paraná, Sao Paolo, Río Grande do Sul, Santa Catarina y Rio de Janeiro.

CHILE:

Criminales nazis de la talla de Walther Rauff, quien participó en el asesinato de 200,000 personas, llegaron a Chile en la década de los 50's. A pesar de las solicitudes de extradición alemanas, el gobierno chileno se rehusó a colaborar.

Una actitud pro nazi persiste en ciertos segmentos de la sociedad chilena. En 1987 cerca de 150 chilenos adherentes al nazismo, vestidos de negro y conesvásticas en sus camisas, se reunieron para rendir homenaje a Rudolf Hess, conocido criminal nazi. Entre los oradores se encontraba Erwin Robertson, autor del libro Nazismo Chileno y Miguel Serrano, ex embajador en Austria, prominente nazi del país y prolífico autor de tratados antisemitas, incluyendo El Ciclo Racial Chileno y El Nacionalsocialismo, Única Solución para los Países de Latino América. El centenario del nacimiento de Hitler en 1989 también fue celebrado por los grupos nazis.

La producción de literatura antisemita en Chile se ha incrementado con los años. Nuevas ediciones de viejos libros de ideología nazi están siendo reeditados. Tal es el caso de Raza Chilena de Nicolás Palacios publicado por primera vez en 1904. El autor describe a los judíos como "el parásito hebreo, cuyo carácter moral es conocido a tal grado que la avaricia, la usura y el judío se han convertido en sinónimos".

MÉXICO:

La actividad ejercida por los grupos nazis en distintos países del planeta también ha impactado a México. En algunos medios vuelven a aparecer teorías conspiratorias o ultranacionalistas que amenazan con socavar la coexistencia de los mexicanos. A la vez, es innegable la proliferación de publicaciones de extrema derecha de corte revisionista que niegan el Holocausto.

A pesar de que en México el antisemitismo ha estado presente en diversos episodios nacionales y que algunos grupos han expresado su simpatía por consignas racistas, la sociedad en su conjunto ha manifestado su rechazo a este tipo de mensajes, especialmente hoy en día que se legitiman las diferencias y tiende a existir un sistema abierto y pluralista. En momentos de crisis el antisemitismo ha aflorado más que nada a través de la expresión verbal y escrita de consignas discriminatorias y racistas.

PARAGUAY:

Durante los años que precedieron a la segunda guerra mundial más de 40,000 descendientes de alemanes que habitaban Paraguay demostraron abiertamente su apoyo a la ideología racista profesada por Adolf Hitler. Su adhesión al régimen se hizo más patente, aún, durante el conflicto. Hacia fines de 1945 un gran número de nazis prominentes, entre ellos José Mengele, "el ángel de la muerte" de Auschwitz (quien obtuvo la ciudadanía en 1959) encontró refugio en Paraguay.

A partir de 1954 el gobierno del General Alfredo Stroessner, concedió protección incondicional a un gran número de criminales de guerra alemanes. Al caer Stroessner el nuevo gobierno paraguayo encabezado por Andrés Rodriguez promete expulsar a los nazis que habiten en su país, entre ellos a Serge Kowalchuk y George Theodorovich.

URUGUAY:

 Los criminales nazis que lograron escapar de Europa también encontraron refugio en Uruguay. El apoyo al régimen nacionalsocialista no ha desaparecido y se deja sentir, por ejemplo, en las actividades de la Alianza Libertadora Nacionalista, (ALN) grupo nazi que abiertamente expresa su hostilidad hacia el marxismo, el liberalismo, la masonería y el sionismo.

VENEZUELA:

Desde 1990 la sociedad venezolana ha sido testigo de expresiones racistas que van desde el uso de accesorios detentando símbolos nazis hasta la aparición de anuncios publicitarios del partido de ultraderecha local pro nazi, el NOR, utilizando la esvástica. Así mismo Mi Lucha y Los Protocolos de los Sabios de Sión -entre otras publicaciones antisemitas clásicas- se encuentran con facilidad en varias librerías del centro de Caracas.

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